Tu tono de voz y el entusiasmo con el que los escenifiques, pueden convertirlos en instrumentos de precisión magistralmente afilados y eficaces, o arruinarlos completamente hasta dejarlos tan inservibles como la chatarra.
Lo importante no es lo que dices sino como lo dices
¡Adelante! ¡Atrévete! Usa un tono de voz monocorde y aburrido. No le inyectes emoción alguna a lo que estás diciendo. Se inexpresivo. No lo acompañes con la gesticulación y el lenguaje corporal debido e, independientemente de lo comprobadamente eficaz, divertido y original que sea el material que te proporciono, y de lo mucho que yo me haya devanado los sesos para alumbrarlo, tendrá, en el mejor de los casos, un efecto nulo, o directamente te hará quedar como un payaso, en el peor de ellos.
Sé natural, juguetón y espontáneo, y no te tomes a ti mismo demasiado en serio
Hay una forma correcta y otra completamente incorrecta de hacer esto; La correcta exige que te despojes de tu seriedad, que recuperes un poco de aquella maravillosa espontaneidad que te acompañaba allí donde fueras cuando eras un chaval y que te cargues de entusiasmo hasta los topes.
No te tomes a ti mismo tan en serio. Relájate. Libera la tensión que te paraliza. Se natural y espontáneo. No dejes que los nervios se apoderen de ti.
Habla con las mujeres que te atraen con la misma seguridad en ti mismo con la que hablas con el mejor de tus amigos.
No hay nada que arruine más rápido tu capacidad de atracción que el telegrafiar, a través de tu nerviosismo y un inapropiado lenguaje corporal, la sensación de que preferirías estar en cualquier otro sitio antes que delante de esa mujer que, paradójicamente, te mueres de ganas por tener entre tus brazos.
El fallo que comenten la mayoría de hombres es abordar a las mujeres con demasiada seriedad o demasiado nerviosismo. No seas uno más de ellos.
Por el contrario, un entusiasmo contagioso y una refrescante espontaneidad, esa cualidad que consiste en hacer las cosas simplemente porque sí, porque te apetece, y sin que aparentemente haya una razón para ello, son enormemente atractivas y seductoras.
Sé juguetón, divertido, confiado y estarás haciendo las cosas del modo en que debes hacerlas. Es muy sencillo, una vez que lo captas.
Entrena tu voz
Tienes que entrenar tu voz para que se forme del modo en que se supone que deben ser entregados: con entusiasmo, alegría, efervescencia y espontaneidad, no como si fueran un discurso ante el comité de crisis de las Naciones Unidas.
Entiende que, como si de un instrumento musical se tratara, puedes ponerla a punto y hacerla sonar con tonos diversos. Aprende a hacer con ella cosas interesantes: cambios de ritmo, inflexiones de tonalidad, etcétera.
Por otro lado, si tu voz es demasiado aguda, entrénala hasta conseguir que sea más grave y resuene con mayor profundidad. Las mujeres encuentran las voces graves más atractivas que las agudas y aniñadas.
¿Cómo?
Practicando febrilmente.
Utiliza una grabadora. Grábate a ti mismo y luego escúchate y se brutalmente crítico y honesto contigo mismo.
¿Es tu voz alegre y a la vez profunda, interesante y diversa, o por el contrario es insulsa y aburrido?
Haz la prueba:
Si es así, sigue practicando, sigue grabándote, y haz todo lo que sea necesario para convertir tu voz en algo interesante y que merezca la pena oír.
Cuando hayas logrado tener bajo control este importante factor, notarás un cambio dramático en cómo responden las mujeres a lo que dices.
No hay comentarios:
Publicar un comentario