Bien, los dos modelos que te enseñaré hoy son:
1. Directas
2. Drama
Como siempre hay que empezar por el principio, comenzaré con las frases de inicio directas.
Directas
¡Cuidado! Estas son las frases de inicio más peligrosas y más complicadas de utilizar.
¿Por qué digo esto?
En primer lugar, al ser directas, muestran claramente y sin ningún género de dudas, tu
interés por la chica con la que estás hablando, con lo que te deja en una situación de debilidad frente a ella.
Y, en segundo lugar, pero relacionado con lo anterior, son las más sencillas para las chicas a la hora de rechazarte.
Sin embargo, no te equivoques, si se utilizan de la manera adecuada pueden ser muy efectivas.
Cuando utilizas una frase de inicio directa, estás imponiendo a tu objetivo tu interés por ella, le estás haciendo saber que te atrae y que quieres tener algo con ella.
Como te puedes imaginar, la estructura de este tipo de frase de inicio es muy sencilla:
ENTRADA > FRASE DE INICIO MOSTRANDO QUE TE GUSTO DE ELLA > POR QUE FUISTE
Lo importante es decir, que te gusto de ella en un adjetivo (linda, simpática, interesante, etc.) la clave aquí es ser honesto no le digas algo que tu no crees y luego decir que por que fuiste (quise venir a hablarte, conocerte, etc.).
O de otra forma:
ENTRADA >FRASE DE INICIO MOSTRANDO TUS INTENCIONES
El propósito que tienes que tener en mente cuando utilizas este tipo de frase es conseguir mostrar a tu objetivo que no te sientes intimidado por ella, y que tus deseos de estar con ella no son algo que tienes que ocultar.
¿Cómo lo ves?
Veamos algunos ejemplos para clarificar la teoría.
“Quería conocerte”
Imagínate que estás en la puerta de una discoteca esperando a unos amigos que nunca llegan. Entonces, junto a la puerta ves a una chica realmente atractiva que parece estar en tu misma situación. Ella tiene algo que te atrae.
Sin dudarlo un instante te acercas a ella:
TÚ: Hola, verás, estaba ahí enfrente y te he visto, y, bueno, me has gustado y quería conocerte. Mi nombre es Javier.
ELLA: ¡Vaya! ¿No te callas nada o qué?
TÚ: Cuando es algo tan obvio como tu atractivo, pues no.
ELLA: (Sonrisa)
TÚ: Me estabas diciendo tu nombre.
ELLA: Jessica.
TÚ: Me gusta. Y bien Jessica… ¿Seguimos esperando a alguien que nunca llegar o nos vamos a tomar algo?
ELLA: ¿Por qué debería ir a tomar algo contigo, si ni siquiera te conozco?
TÚ: Eso no es verdad. Ya sabes que me llamo Javier, así que técnicamente ya me conoces. Además, ¿merece la pena esperar a alguien que no te aprecia lo suficiente como para ser puntual?
ELLA: Eso tiene sentido, ¿dónde decías que íbamos?
Al principio ella se muestra sorprendida. Está cansada de las típicas frases de inicio que ocultan la realidad: EL CHICO QUE HA IDO A HABLAR CON ELLA ES PORQUE SE SIENTE ATRAÍDO POR ELLA. Simple y llanamente.
* “Tengo que irme, pero...”
Plantéate la siguiente situación. Estás esperando el autobús, y eres el primero de la fila, cuando por detrás de la parada pasa una morena que te cautiva.
Este es la situación ideal para usar esta frase de inicio, así que te acercas a ella:
TÚ: Hola, tengo que coger el autobús porque llego tarde a trabajar, pero te he visto pasar y me he dicho, “tengo que conocerla”. Mi nombre es Javier.
ELLA: ¿Avasallas así a todas las chicas con las que te cruzas?
TÚ: No, solo a las realmente atractivas, ¿y cómo decías que te llamabas?
ELLA: No decía nada, pero me llamo Elsa.
TÚ: ¿Y Elsa tiene algo que hacer esta noche?
ELLA: Nada especial.
TÚ: ¿Y qué le parece tener una cena romántica con un atractivo desconocido?
ELLA: (Sonrisa) No suena mal.
TÚ: ¡Vaya! Mi autobús está llegando. ¿Te veo aquí mismo esta noche a las 9?
ELLA: Tendrás que venir para averiguarlo.
TÚ: Aquí estaré.
ELLA: (Sonrisa)
¿Vendrá o no? No lo sabes. Pero en todo caso solo habrás perdido un paseo hasta la parada de autobús a las 9 de la noche.
Como ves, el éxito o el fracaso es cuestión de segundos.
*“¿Cómo te llamas?”
De puro clásico este tipo de frase de inicio es realmente efectivo, si se utiliza en las condiciones adecuadas.
Por ejemplo, estás en un supermercado esperando en la cola de la caja, y justo delante de ti hay una mujer realmente atractiva.
Te diriges a ella:
TÚ: Hola, ¿cómo te llamas?
ELLA: ¿Cómo dices?
TÚ: Te preguntaba por tu nombre. No siempre se está en la cola de un supermercado
detrás de una mujer tan atractiva.
ELLA: (Sonrisa) Mi nombre es Isabel.
TÚ: Te pega.
ELLA: ¿Qué quieres decir con que me pega?
TÚ: No sé, simplemente que te pega. Antes de preguntártelo estaba tratando de imaginar cómo te llamarías y las dos opciones que tenía eran o Isabel o Rigoberta.
ELLA: (Sonrisa) ¿Y cuál es tu nombre?
TÚ: Federico. ¿Y tienes mucha prisa, Isabel?
ELLA: Pues no demasiada, la verdad.
TÚ: Bien, entonces te tendrás que buscar una buena excusa para no tomar un café conmigo.
ELLA: (Sonrisa) ¿Sabes? Estoy perezosa hoy, no buscaré ninguna excusa.
TÚ: Buena elección.
ELLA: Ya veremos.
Ej.
- Hola, me pareciste interesante, quiero conocerte.
- Me encanta el modo…
- Tengo ganas de….
- Me molesto cuando…
- Estoy muy entusiasmado con…
- Me siento triste cuando…
- Me hace tan feliz que…
- Me emociona conocerte…
- Hola… (Has una pausa)…te estaba viendo desde ahí y te encontré muy bonita, y si no te venia a hablarme iba a lamentar todo el día.
- Hola, estaba esperando mi bus pero te vi y… eres muy linda y quise venir a hablarte
Todos los ejemplos que te he mostrado han terminado en éxito, pero recuerda que igual que puedes tener un éxito inmediato puedes encontrarte con un rechazo inmediato.
Así que, si no estás preparado para ser rechazado olvídate de este tipo de frase de inicio.
Drama
¿Te acuerdas cuando te hablaba de la importancia de saber contar historias interesantes?
Pues este tipo de frase de inicio está muy relacionado con aquello.
Las mujeres adoran las historias dramáticas, con sus personajes, su introducción, su nudo y su desenlace.
Y esa es un arma importante en tu arsenal, sobre todo en la fase de confort y atracción.
Este te permite decir casi cualquier cosa sobre ti mismo. Además demuestra alguna cualidad mas como la de que eres bueno contando historias y que eres capaz de recibir la atención del grupo, demostrando valor social y status, y posiblemente sentido del humor.
Demuestra también que eres capaz de sentir y comunicar emociones.
Contando historias en la fase de confort puedes crear una significativa conexión con la chica.
Contando historias das la oportunidad de que ella te conozca mejor y coja más confianza contigo.
Que historias cuentes y como las cuentes dan información a la chica sobre tu personalidad. Ten seguridad en que tus historias (y sus discusiones y reflexiones) reflejan la mejor parte de ti, tus valores y tu identidad.
¡AVISO!
Asegúrate que te presentas en la historia o en el drama como una víctima. Nunca te muestres como el creador de la situación, porque entonces estarás creando el efecto contrario al que estás buscando.
La estructura de las frases de inicio en forma de drama es un poco más compleja que las anteriores.
Entonces, la estructura sería algo como lo siguiente:
ENTRADA > FRASE DE GANCHO > HISTORIA > DESENLACE
En el desenlace tendrás que incluir siempre un toque de humor o de moraleja, para enganchar a tu objetivo de manera definitiva.
La estructura puede ser muy difícil, pero no tiene porqué. Cuando cuento historias sigo estos pasos:
¿Estás preparado?
Bien, pues vamos allá.
PASO 1: ENCUENTRA LAS HISTORIAS
¿Dónde?
En cualquier lugar: periódicos, televisión, radio,
Internet, historias que escuchas,…
Presta atención a tu entorno. Constantemente escuchamos historias a las que no damos la mayor importancia, pero que pueden convertirse en un material excelente para tu proceso seductivo.
Acostúmbrate a tener los oídos bien abiertos y a captar esas historias personales de otros que tanto beneficio te van a reportar a ti.
Y no te preocupes porque las historias no te hayan pasado a ti. Eso no importa. Lo que importa es lo interesante que sean y lo bien que las sepas contar.
Recuerda que tu objetivo primordial es que ella pase un rato divertido contigo, y que piense que eres un tipo interesante.
No estás buscando que se enamore de ti por algo que te haya pasado tiempo atrás.
PASÓ 2: ELABORA EL MATERIAL
Este es el paso más importante de todo el proceso.
Escribe la historia que vas a contar en un papel. Ahora repásala en voz alta.
¿Qué sucede?
Sobran cosas. Hay demasiada información. Información innecesaria.
¿Qué tienes que hacer?
Eliminar toda la información innecesaria.
Es preferible que te quedes corto en la información que le das a que te pases. ¿Por qué?
Porque si te quedas corto lo peor que te puede pasar es que ella te haga preguntas (teniendo con ello un medidor excelente de la calidad de tu historia), pero si te pasas en la información conseguirás aburrirla, y recuerda que un objetivo aburrido es un objetivo perdido.
Y, por último, lee tu material a una amiga de confianza, y que ella te dé su opinión. Si es mala, sigue trabajando en él, si es buena, adelante.
PASÓ 3: FRASE DE INTRODUCCIÓN
Además de la historia, necesitas una frase introductoria de la misma. Debes captar la
atención de la gente desde el principio, antes incluso de contar tu historia.
atención de la gente desde el principio, antes incluso de contar tu historia.
No te plantees el estar en medio de una conversación y comenzar con tu historia sin más. Así lo único que estarás haciendo es ponerte en ridículo. Y no queremos eso.
Para ello, te puede venir bien, búscate una frase de introducción con la que te sientas cómodo que resulte llamativo y despierte la curiosidad desde el principio:
Tipo: “tal día, en tal sitio, me ocurrió algo increíble”, “si te cuento lo que me pasó no te lo creerás” o “lo que me pasó a mí sí que fue rallante” o “espera que te cuente esto, vas a flipar”, “¿Sabes? El otro día me pasó algo genial”, “¿Te has dado cuenta alguna vez de que…?”, “Ahora que comentas eso, sabes lo que me contaron el otro día…”
Cualquier cosa que les haga querer saber más.
Hay miles de posibilidades, y tú solo tendrás que buscar la que mejor se adapte a ti y a tu historia.
PASÓ 4: GANCHO INICIAL
Necesitas enganchar a la audiencia de tu historia de manera inmediata.
Un buen gancho inicial tiene que dar pistas sobre lo que vas a contar a continuación. Así crearás algo de suspense y anticipación y serás el foco de atención de los que te van a oír.
¿Cómo se hace eso?
Diciendo de que va a ir la historia desde el principio, sin tediosos rodeos innecesarios.
Por ejemplo, si la historia va ir de algo que te pasó el otro día mientras estabas haciendo rafting, pues deberías empezar así:
“El otro día me fui a hacer rafting con unos amigos y…”
No te enrolles: “Tengo un amigo que se dedica a hacer rafting, y resulta que me llamó el jueves pasado. Yo no estaba, pero el caso es que me dejó un mensaje en el buzón de voz para que…”
¿Ves la diferencia?
En el primer ejemplo has captado el interés de tus oyentes, en el segundo has conseguido que se pongan a pensar en sus propias historias.
Siempre tienes que utilizar una frase de gancho para despertar la curiosidad de tu objetivo, algo así como “no te vas a creer lo que me acaba de pasar”.
Puedes usar la frase gancho como un cebo, algo similar a iniciar discusiones
PASO 5: NO LO DIGAS TODO
¿Qué quiero decir?
Vamos a ver dos ejemplos:
EJEMPLO 1: “El sábado pasado estaba en la ópera con una amiga y, entonces, se me acerca David Trueba y me empieza a contar un rollo súper aburrido y sin ningún sentido,…”
EJEMPLO 2: “El sábado pasado estaba en la ópera, es que tengo estudios musicales superiores y suelo coger el abono de la temporada de ópera, con una amiga, pero solo amiga porque no queremos estropear nuestra amistad, y, entonces, se me acerca David Trueba, lo conozco porque nos sentábamos juntos en la universidad, y me empieza a contar un rollo súper aburrido y sin ningún sentido,…”
¿Notas alguna diferencia entre las dos historias?
En la primera le estás dando solo la información esencial, dejando, además, la puerta abierta para sus preguntas. De una manera deliberada has dejado preguntas sin responder, que te ayudarán a continuar la conversación.
En la segunda, sin embargo, le has contado todo. Con ello, además de aburrirla con los detalles, has matado la conversación.
PASÓ 6: DALE PISTAS SOBRE TÚ PERSONALIDAD
O sobre la personalidad que quieres que ella piense que tienes.
No importa si la historia que le estás contando te tiene a ti como protagonista, o no.
Utilízala para añadir comentarios o detalles que destaquen que tú eres de una forma de ser determinada.
Por ejemplo, imagínate que quieres que ella piense que eres un tipo de sentimientos nobles:
“El verano pasado me fui de vacaciones a la India con una amiga, y al llegar al aeropuerto de Mumbai nos montamos en un taxi, bueno, un taxi por llamarlo de alguna manera.
Ellos lo llaman “ricksaw”, o algo parecido, es como los carromatos que había en España un tiempo atrás. Bueno, el caso es que paramos en un semáforo y se nos acerca un grupo de niños pidiendo dinero. ¡Qué pena! ¡Nunca había sentido tanta pena en mi vida! Tenías que haberlos visto…”
Da igual si realmente sentiste pena, o si estabas deseando que el semáforo se pusiera verde para salir de allí. El caso es que ella piense que tus sentimientos eran nobles.
¿Entiendes el juego?
En todas las historias que cuentes, debes de aprovechar para introducir aspectos de tu personalidad que quieres destacar ante ella.
PASO 7: CUENTA UNA HISTORIA, NO LA RECITES
Esta es la clave de tu historia.
¿Has ido alguna vez al cine, y has salido pensando “El guión era genial, pero los actores daban pena”?
Pues algo parecido.
No importa si has elaborado la mejor historia jamás contada, si luego no eres capaz de contarla con gracia.
¿Qué significa contarla con gracia?
Básicamente, NO ABURRIR.
Cambia tus tonos, modifica la velocidad de las frases, eleva y baja tu voz, gesticula,…
¿Y cómo se consigue?
Practicando.
Practica delante de un espejo. Después practica con tu familia. Pasa, luego, a practica con tus amigos de mayor confianza. A continuación, puedes practicar con amigos de menor confianza. Pasa, ahora, a practicar con conocidos.
Y, una vez, que hayas comprobado que cuentas tus historias con gracia, ya la puedes utilizar con tu objetivo.
Nunca antes.
Porque si le empiezas a contar a tu objetivo una historia, antes de que hayas comprobado que lo haces con gracia, estarás malgastando tus oportunidades con ese objetivo.
PASÓ 8: ACABA TUS HISTORIAS
Sabes que una película termina porque al final te ponen en letras gigantescas “FIN” o “THE
END”. Sabes que has acabado de leer una novela porque ya no hay más palabras escritas.
END”. Sabes que has acabado de leer una novela porque ya no hay más palabras escritas.
Sabes que un programa de televisión ha llegado a su fin porque el presentador te dice
“Hasta el próximo programa”.
Entonces, ¿cómo sabe tu objetivo que tu historia ha terminado?
Porque tú así se lo haces saber.
Al igual que necesitas una frase de introducción, necesitas una frase final. Algo que te ayude a hacer saber a tu objetivo que la historia ha terminado.
Por ejemplo, siguiendo con el ejemplo de la ópera:
“Así que, desde ahora he decidido que cuando vaya a la ópera iré directamente a mi butaca”.
¡Ya está!
¡No necesitas más!
Una simple frase, a modo de moraleja, o de resumen, o de idea final.
Con ella, tu objetivo sabe que la historia ha terminado.
¡Bien!
Pero, vamos a ver algunos ejemplos contextualizados para que te hagas una idea.
* El coche en llamas
Entras en una discoteca y junto a la barra ves a una chica atractiva. Aparentemente está sola. Haces como que vas a pedirte una copa y comienzas a hablar con ella:
TÚ: Hola, ¿sabes lo que me acaba de pasar?
ELLA: Pues no, pero si es interesante cuéntamelo.
TÚ: Es muy interesante. Verás, estaba cenando con unos amigos en el VIPS, ya sabes, con
las charlas insustanciales habituales, cuando, de repente, escuchamos un grito de la calle. Levantamos la mirada, y ¿qué vemos? Un coche en llamas y una chica, que supongo que sería la dueña, gritando como una posesa. Entonces, todo el mundo se levantó y empezó a salir del restaurante y a acercarse a las ventanas, pero no para ayudarla, no, sino para tomar fotos con sus móviles. Parece mentira que en una situación así la gente piense en tomar fotos. Bueno, el caso es que, de repente, por esas cosas mentales que pasan, tuve la sensación de que el coche iba a estallar, así que empecé a gritar a todo el mundo que se retirara del coche, que volviera al restaurante, que aquello iba a estallar, pero nada, como quien oye llover. Es increíble que la gente arriesgue su vida por una foto. (Tomas un sorbo de la copa que te acaban de servir).
ELLA: ¿Y qué pasó al final?
TÚ: Bueno, en esas, los bomberos llegaron y consiguieron apagar el fuego. Pero uno de los bomberos se dirigió a toda la gente, gritándoles como un loco, por haber puesto en peligro su vida. Con toda la razón. Fue algo muy emocionante. Algo para recordar. Además, tomé algunas fotos muy interesantes.
ELLA: (Carcajada)
TÚ: Bueno, perdona que te lo haya contado, pero es que se lo tenía que contar a alguien.
ELLA: ¿Y yo soy la primera persona que te has encontrado?
TÚ: No, eres la persona más atractiva que he encontrado.
ELLA: (Sonrisa)
Supongo que habrás notado como se acaba la resolución. Con un toque humorístico, y el acabar haciendo algo que acabas de criticar siempre funciona como toque de humor.
Además, te has presentado a ti mismo como un tipo de acción que se preocupa por los demás. En cuanto viste el peligro corriste a avisar a todo el mundo para que regresara al restaurante.
Esa es la idea.
* La pelea
Las peleas en los bares y discotecas, así como a la salida de las mismas, están a la orden del día, y siempre son interesantes. Así que es un tipo de historia que podrás utilizar siempre.
Imagínate que estás a la puerta de una discoteca y hay una pequeña discusión entre un par de tipos que parecen estar en desacuerdo sobre la prioridad a la hora de entablar relación con una chica determinada. Al cabo de un rato la discusión termina y cada uno se va por su lado.
Junto a ti hay una chica atractiva que también ha sido testigo da la situación. Así que aprovechas para hablar con ella, y le cuentas una pelea real que sucedió en frente de ti:
TÚ: Me alegro que no haya pasado nada al final.
ELLA: Sí, yo también.
TÚ: Esto es lo que más detesto de la noche. Las peleas. Te cortan el rollo. Todavía recuerdo una pelea que presencié una vez, cuando vivía en Salamanca. Fue realmente impactante.
ELLA: ¡Vaya! Cuéntame.
TÚ: Verás, por aquel entonces Salamanca tenía un equipo de baloncesto en la ACB, y ese fin de semana le visitaba el Tau Vitoria. El partido acabó y el Tau ganó.
Durante el partido y al final no hubo mayores problemas. En estas que por la noche hay un grupo de aficionados del Tau que se quedan a conocer la noche salmantina, y pasean por la ciudad con sus vítores y la algarabía propia. Hasta ahí todo normal. Sin embargo, cometieron un error, involuntario, pero error al fin y al cabo. Resulta que estaban cruzando una calle y se encontraron con un coche en el que viajaban cinco chavales. Lo típico, empezaron a no dejarles pasar, a pedirles que pitaran, todo eso. Lo que ellos no sabían es que esos cinco chavales eran lo peor de Salamanca, ¿sabes?, este tipo de gente que todo el mundo conoce y que todos tratan de rehuir. Pues eso. Entonces, los chicos del coche perdieron su paciencia y salieron todos del mismo con palos y navajas a por los aficionados del Tau. Fue realmente impactante, ver como los que podían salían corriendo y los que no recibían palos por todos los lados. Un chico del Tau cayó junto a mí con un navajazo en el estómago. Yo, la verdad, no sé mucho de primeros auxilios, así que lo único que pude hacer fue estar junto a él y taparle la herida lo mejor que pude para que dejara de sangrar.
ELLA: ¿Y qué pasó?
TÚ: Bueno, de repente se empezaron a oír sirenas de todo tipo, policía, ambulancias, de todo. Y un equipo médico vino a donde yo estaba y se hizo cargo del joven.
Fue una imagen dantesca.
ELLA: Me lo puedo imaginar.
TÚ: Aquello me impactó especialmente porque soy una persona que siempre ha rehuido de las peleas y pensaba que el que se las buscaba las encontraba. Sin embargo, estos pobres chicos del Tau no se lo estaban buscando, y se lo encontraron. Desde entonces tengo especial cuidado al elegir la gente con la que hablo.
ELLA: ¿Yo te parezco peligrosa?
TÚ: Absolutamente, pero es un peligro que me gustaría correr. ¿Vas a algún sitio?
ELLA: No en particular. Mis amigas me han dejado tirada y no tengo ningún hombre que me quiera.
TÚ: Pues habrá que poner remedio a eso. Comencemos por tomarnos una copa en ese bar.
Como ves en esta situación no es apropiado el terminar con un toque humorístico, porque la historia es demasiado dramática. Tienes que tener cuidado al usar este tipo de historia y asegurarte de utilizarla con el tacto adecuado.
Sin embargo, se puede encontrar el hueco para presentarte como una persona que se preocupa por los demás.
Bien, ahora ya tienes cuatro modelos de frases de inicio. Sigue practicando y aguarda a que te enseñen nuevos modelos en próximos dias.
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